19 de enero de 2021

Tengo

Tengo la foto esa en Bali saltando en el templo Lempuyang. Es una farsa porque no hay ningún lago delante, hay un chaval con tu móvil y una cola tipo Disneylandia para hacer la foto. Pues la tengo. También tuve el primer iPhone que salió, un grado en International Business y un doctorado en Física Social. Novios de cuatro continentes y voluntariados en otros tres. Verrugas plantares, el virus del papiloma y el síndrome de la lengua quemante. Resacas que han amanecido a varios cientos de kilómetros de donde empezaron las juergas. Éxito profesional de, podríamos decir, percentil alto. Sólo me quedaba dar vida y quitarla, así que hoy, he matado a un imbécil. La vida son objetivos, hay que aprovecharla bien. 

 

Volviendo por la carretera de Lozoyuela, he encontrado a un ciclista y he pensado en tachar eso de la lista. Subía lenta y esforzadamente, y he visto los 75 kilos de carne envuelta en mallas, arrastrarse por el asfalto y me he bajado del coche para comprobarlo. Me he sentido bastante mal. Luego he vuelto conduciendo con el disco ese de hace mil años de La Oreja de Van Gogh y he parado en el McAuto. He pedido un Big Mac con aros de cebolla y me los he comido con ansia en el aparcamiento mientras una pandilla tiraba piedras y el coche apestaba a mediocridad.

 

He dejado el coche en el garaje de mi hermana y me he montado en el Metro. En Diego de León ha subido uno que tocaba un teclado que sonaba como un saxofón. Ha interpretado una versión apócrifa del Ave María de Schubert. Las notas han quedado patéticas sobre las cabezas cansadas de la gente del vagón. Cuando ha terminado, me he puesto a llorar sin hacer ruido y así me he quedado hasta mi parada. He entrado en casa, he besado a mi perro y me he terminado la segunda temporada de House of Cards mientras veía TikToks. Estoy agotada, así que toca dormir, que mañana es nochebuena… y pasado Navidad.

Cómo empezar mal el día.



Por las mañanas levántate con fuerza, ponte chinchetas en la alfombrilla al bajar de la cama. Grita, di cualquier cosa que despierte a tus hijos a una pesadilla. Dúchate con agua fría y córtate al afeitarte, un pequeño corte es suficiente. Cuando te cruces con tu madrugadora esposa, responde a su “Buenos días” con un gruñido tipo gran orangután. Lo ideal sería que no hubiera café o lo que suelas desayunar. Escucha un rato las noticias para salir bien cabreado de casa. Si hace sol, entrecierra los ojos y di: joder. Si llueve, di simplemente: joder.

En el Metro mira la pantalla de tu móvil, desliza el dedo arriba y abajo como si estuvieras frotando un rasca de la Once sin suerte. Quéjate en voz alta, de lo atiborrado que va, de que huele a humanidad, enuncia clásicos de la queja como “no hay derecho” o “es una vergüenza”. Prueba leer con antelación El Arte de la Queja, de Mayte Gómez. Encuéntrate con las miradas estrábicas de los curiosos y haz que te eviten. Cuando te bajes di entre dientes: “gilipollas”. Mientras subes por las escaleras medita esta frase: “Eres un insignificante peón en el tablero”. Tus hobbies son ver la tele y tomar pizza con tus amigos. No tienes ningún trauma infantil al que echarle la culpa.

Ahora que ya estás cerca del trabajo piensa en ese becario patético que acaba de llegar y que tiene el culo gordo, carne de cañón; dale una vuelta a tu jefe y a cómo se arranca los pelos de la nariz mientras hablas en las reuniones. Ya estás preparado. Cuando llegues, mira el reloj, mira qué lento pasa el tiempo. Informes. Un café. Es el cumpleaños de Ana, la de marketing, ha traído Manolitos, vaya vaya. Acércate como una pantera y comprueba que ya no queda ninguno.

Entra en la reunión con cara de pez luna. Siéntate y descubre que te está apareciendo un archipiélago de orzuelos en la cuenca ocular, no le pongas nombre todavía. Intenta no disfrutar de la compañía de tus compañeros, mira al suelo como si estuvieras buscando tu dignidad. Lo estás haciendo bien, no te preocupes. Compra más chinchetas para mañana. Es lunes, quedan cinco días para el fin de semana. El viernes lo tendrás dominado. No te pierdas nuestra nueva colección sobre el Fin de Semana.

12 de enero de 2021

nieve

Ha nevado y todo se ha llenado de nieve, dejan de pasar coches. Ahora la nieve es hielo. Filomena.