13 de septiembre de 2023

7 de septiembre de 2023

Rápido y cultural

 "Tenemos una sed tremenda por abrirnos a experiencias más profundas y existenciales, y creo que todo lo rápido y lo correcto corre a galope en la dirección contraria [...] Estoy cansada de abandonar libros, películas y series que no me satisfacen, que no son lo que prometen, que no dan nada sustancial a cambio de mi tiempo y podría decir lo mismo de las redes sociales. Como todo alimento híper procesado, no tienen más que azúcar, sal y harina"

Entrevista de Fabiana Scherer a Schweblin, 2023

Kricky Pelton Burguer Bar

Ayer fuimos de cita y por fin fuimos a una hamburguesería con tamaños de hamburguesa normales (y muy ricas): Kricky Pelton. C. lo nombró y reservé para las 21:00. Cuando entras por la puerta encuentras un local muy despejado y acogedor que parece una habitación japonesa, hasta que ves los fogones y piensas en el motivo de tu visita: una hamburguesa jugosa. Por fin menos es más, una carta lacónica con tres entrantes, dos tipos de hamburguesa*, unas patatas fritas, pancakes y ya. La primera vez que fui a un Five Guys, aparte de Obama, y todos los que se congratulaban de sus patatas fritas, noté les flipaba eso de 'diseñar tu propia hamburguesa'. ¿Qué pasa, estos no cocinan en casa?¿5G no tiene nada especial que ofrecer? Cuando voy a un sitio voy a fiarme. Basta ya de cartas eternas que te proponen cientos de platos, augurando un heródico, pídeme lo que quieras. Estoy harto de comparar ventiladores por internet, quiero un único sabor de helado para probar, quiero no pensar y a la vez acertar cuando salimos a cenar. En Kricky Pelton te ponen las cosas fáciles. No tardas en pedir, no tardan en servir.

Hay una obsesión con lo grande en lo que a comida para llevar se refiere. Hasta ahora casi todas las hamburgueserías de moda son agotadoras en cuanto a tamaño de hamburguesa, son mutantes que no te puedas terminar sin rozar lo obsceno. Además, estructuralmente valoro las hamburguesas que conservan la forma y no exigen cuchillo y tenedor para poder acabarlas sin desmoronamientos innecesarios. Intento mantener la máxima de 'satisfecho, no lleno' y en estos sitios suele ser imposible. {Por favor, ¡hagan móviles más pequeños!}. En Kricky Pelton, como se llama por lo visto la madre del dueño, las hamburguesas son de 50 gr y 100 gr, pan tierno, y extremadamente jugosas siguiendo por lo visto la tradición texana, estructuramente estables hasta su finalización.

Mención especial (los pancakes no son lo mío, así que me saltaré ese paso aunque a C. le encantaron) a los aros de cebolla extracrujientes rebozados con panko, las patatas fritas especiadas al corte en bastones cuadrados (Mc Classic Size) que puedes pedir en casa, aunque este miércoles estaba el local bastante tranquilo y atento. Vi que las cervezas las servían en copa, me restó un poco ver mi Coca-Cola en una botella de plástico, fue como bañarse con impermeable, pero en definitiva, una muy muy jugosa cena de cita a la que no le faltaba detalle.



* Resultó que el dueño, Jota Navasqüés, estaba en la mesa de al lado enviando mensajes mientras esperaba a unos amigos - olisqueando el ambiente, y pudimos enterarnos de la manera más indiscreta que estaban trabajando en una hamburguesa vegetariana/vegana (lo primero que eché en falta en su precioso diseño tipográfico de la carta). Escuchamos algo de eura pero también escuchamos perfección.

Kricky Pelton C/Modesto Lafuente 61 28003 Madrid

6 de septiembre de 2023

Un útero artificial

Dicen que B. viene grande ¿grande para qué? Se va a quedar sin espacio, va a pesar mucho y todavía no está listo. Hay que esperar a la semana 37. Entonces estará suficientemente preparado.

¿Qué pasaría si en un útero del tamaño de este apartamento creciera un bebé y nunca llegara su hora?¿Se convertiría en adulto?¿Maduraría con el cordón umbilical enchufado? ¿Crecería infinito?

Una forma de ver el mundo

"Viendo las últimas películas de Hamaguchi, no hay razón para decir que no podemos hacer buenas películas porque no tenemos suficiente dinero o mano de obra, porque la razón más importante es si tenemos una forma de ver el mundo."

  Ar Nam Ho, sobre Evil Does Not Exist, 2023, Ryusuke Hamaguchi

5 de septiembre de 2023

X o matar al pajarito

Quizá no llevo tanto tiempo en Twitter para echar de menos a su mascota el pájaro azul, pero la X creo que tiene su punto. X.com Wow. ¿Chorradas?

Gente con la que ir a cenar



Os dejo estos dibujos que hice mientras pasaba el rato en Jaén, ya el finde de las elecciones.

Se levanta la piedra: Oppenheimer

Oppenheimer, 2023, Christopher Nolan
Se levanta la piedra y en vez de haber una serpiente hay un montón de penes en IMAX diciendo americanadas pero la de “Kitty, recoge las sábanas” es la que más me ha gustado claro!
 

 Un poco harto de lo genial que es Nolandia.
 


h1: Leche o Zumo de Naranja

Haces una cata a ciegas de comida sencilla. Tortilla, Coca-cola, pimiento. Antes de servir cada producto dices lo que es. Intentas preservar la esencia de cada producto, para que sea lo más fácilmente reconocible por los comensales ciegos. Finalmente anuncias:

--Leche

Sin embargo, despiadadamente, el camarero (tú) sirve un zumo de naranja a cada uno. ¿Vomitan los comensales o no? A ciegas las expectativas lo son todo.

Berg o Greb

Berg, Ann Quin. Malas Tierras, Underwood. 
Simplemente porque es de la editorial malas tierras. Berg es la primera novela de Ann Quin, una escritora experimental y un libro bastante extraño. Escrita como un monólogo interno, tiene ese punto incoherente e impredecible que consigue mantener tu atención con citas de cartas o frases de la madre del protagonista y unos signos de puntuación atípicos. No es mi estilo, pero no ha estado mal. 
 

Abigail y los Pretzels

Triangle of Sadness, 2022. Ruben Östlund
También conocida como Abigail y los Pretzels, una fábula al nivel de la Cigarra y la Hormiga o el Pedro y el Lobo. Hemos disfrutado mucho de todo, aunque un poco delicado ir a por palomitas justo cuando empezaba a sentarles todo mal. Y la no-sonrisa de Balenciaga, top top.

Estamos de vuelta, entraron en casa

Abrimos la puerta y
todo revuelto como en CSI:
apenas tocaron los juegos de mesa.
Había ceniza en el marco
del baño, fumando o leyendo poesía
mientras desvalijaban.

Se quedaron las Camper
y no hicieron ni caso a la estantería de Javier Marías.
Se debieron de hartar
de tanto trasto,
pero estuvieron aquí,
en nuestra cabeza,
revolviendo la ropa sucia y abriendo la nevera.