Este es un debate que hemos tenido muchas veces. Lo tuve en
su momento con Raskolnikov y con todos los Allen-Polanski de sobremesa.
Leyendo el principio del libro he entendido mejor el problema de la mano
de una Claire Dederer súper divertida. Desde "las obras no se disfrutan en el vacío" en lo reference a ceñirse al valor de la obra, la mancha de la biografía, J'Accuse
al monstruo que altera nuestra capacidad de entender la obra por sí
misma, el juicio hacia el pasado como si tuvieras una moral superior, la
fascinación por lo maligno del genio pero también el perdón y la
recuperación en "somos mejores que lo peor que hemos hecho". Una
de las cosas que más me han gustado de este ensayo es el giro hacia lo
humano desde lo artístico. El libro se abre con una cita de Clarice
Lispector: "Quién no se ha preguntado alguna vez: ¿soy un monstruo o esto es ser una persona?".
La monstruosidad es un reduccionismo, somos mucho más que eso y
también: todos somos un poco monstruos. Dederer se sincera con el
reconocimiento en primer lugar de su propia monstruosidad (temazo de las
madres abandonadoras, maternidad-creación, etc). La cultura de la
cancelación es salvaje, es una extensión del resultado de usar nuestra
moral principalmente para comprar/consumir o no cosas y "carece de sentido como gesto ético". He disfrutado muchísimo. Al final 'Monstruos' es una búsqueda en la que nos sentimos identificados por la pasión de Dederer por los libros("La lectura era mi vocación, si es que una vocación es lo que se hace cuando nadie te obliga a rendir cuentas."), el cine, la música pero sobre todo es un profundo abrazo al amor humano y a sus contradicciones.
¿Qué
hacemos con el arte de los hombres monstruosos? Esa pregunta no es más
que el mosquito que da vueltas alrededor del monolito de la pregunta
verdaderamente importante: ¿qué hacemos con las personas monstruosas a
las que queremos? [...] Hablamos de un problema mayor: (d)el problema
del amor humano. La pregunta de qué hacemos con el arte es una especie
de experimento o de ensayo general del problema real, de la verdadera
pregunta, la de cómo es querer a alguien terrible.
El amor no depende del criterio, sino de la decisión de dejar el criterio de lado. El amor es anarquía.
El
amor es caos. No queremos a quien lo merece; queremos a seres humanos
defectuosos e imperfectos, en una lógica emocional que pertenece a un
sistema meteorológico completamente distinto al clima helado de la
razón.
Intentamos promulgar una moralidad utilizando nuestro sentido
crítico al comprar cosas, pero nuestro sentido crítico no nos hace
mejores consumidores, solo hace que estemos más atrapados en el
espectáculo, porque creemos ejercer algún control sobre él. ¿Y si en
lugar de eso aceptáramos la falsedad del espectáculo entero?
Todo buen artista sabe que las mejores obras requieren despojarse
en cierta medida del yo. Exigen que vayas, eches un vistazo a tu
alrededor, traigas de vuelta algo que quizá incomode a los demás, y lo
escribas. […] Porque el gran escritor sabe que los sentimientos más
terribles no tienen nada de excepcionales. El gran escritor sabe que
incluso los pensamientos más oscuros son banales.
'Monstruos', Claire Dederer. Trad. Ana Camallonga. Península, 2023. 300 páginas.