14 de marzo de 2023

Bernhardiana

Durante el mes de febrero me encuentro con el papá de Jen Craig. Cuando leí la joyita de Pálido Fuego (Jose Luis Amores), Panthers y Museo del Fuego me quedé huérfano. Todavía no estoy lo suficientemente versado en inglés como para podría enterarme como quien extrae un mejillón de su concha, pero no sabe cocinarlo al vapor o escabecharlo, tendría que comérmelo (desagradablemente) crudo leerlo. Encuentro frescura entre sus frases caracoleantes y aprendes a deslizarte por ellas como el esquiador que aprende a disfrutar en las pistas azules haciendo paralelo. Aparece Thomas Bernhard (del mismo modo que aparece el adjetivo rivettiano en muchas de las reseñas de las últimas películas que me tienen obsesionado como 'Burning' (LCD, 2018) o 'Drive My Car' (RH, 2021), pero mi primera navegación en el adjetivo, con Celíne y Julie de ciceronas, podría ser considerada como desconcertante) y me lanzo a por una de sus novelas, comprada hace un par de años, siempre en previsión de lo que podría ocurrir vagueando entre libros: 'Corrección'. Densa y difícil, paralelizable con algo más ameno, sí, pero fascinante. Veo que reedita Anagrama sus relatos autobiográficos, antes escasamente disponibles por cerca del centenar de euros y me alegro. Tiene entrevistas, correspondencias y anoto también el orden de prioridad de sus próximas novelas a) Maestros Antiguos, b) Tala, c) Hormigón y d) El Malogrado. Javier Marías ¿serás hijo suyo también? No lo sé, pero ahora puedo intuir la sombra de su gran influencia.