21 de diciembre de 2022

Secret Sunshine, Lee Chang-dong, 2007

Spoilers 
Shin-ae se muda con su hijo a un pueblo después de que su marido fallezca. Se mudan porque él siempre pensó que sería bueno para el niño crecer sobre, como él lo llamaba, 'suelo de verdad'. La mujer monta una academia de piano, mientras se acostumbra a cómo funciona el entorno. Kim está siempre pendiente de ella, hasta que un buen día ocurre una desgracia que acaba con todo y se hunde. Con el tiempo abraza la fe y agarra el bastón del pastor para creer y salir adelante. Se vuelve primera fila en la comunidad religiosa y un buen día decide ir a perdonar a quien la hizo desgraciada. En su entorno cristiano se admiran de lo osado del gesto, pero Shin-ae parece muy convencida. Cuando llega a la cárcel, a perdonar, se da cuenta de que llega tarde, Park, el culpable de su crisis, ya ha sido perdonado por Dios y se encuentra en paz, según le cuenta. Da las gracias porque ambos hayan encontrado el amor de Dios a través de la desgracia.
 

Después de ver Burning, Poetry, Peppermint Candy y Oasis de Lee Chang-dong —y muy obsesionado con 'Burning'— siempre salgo de sus películas intentando encajar algunas piezas. Cuando terminan, solo acaban de empezar en mi cabeza. Y ahora mismo no sé qué pensar de Secret Sunshine. ¿Shin-ae sólo se agarraba a la fe porque le hacía falta? Seguía un camino más allá de que calara hondamente, algo por lo que levantarse por las mañanas. Ella quería creer, podía gritar y liberar su dolor en una comunidad cálida. Igual que cuando muere su marido ella decide tomar las riendas e ir a Milyang, del mismo modo intenta tomar las riendas para perdonar a Park. Pero ni tampoco eso está en sus manos y de ahí la vuelta a la desesperación.
 
La escena del 'perdón' me deja perplejo igual que a Shin-ae. No se muestran sus dudas de fe hasta este momento donde se rompe en mil pedazos donde de repente nada tiene sentido. Jeon Do-yeon me parece que hace un papel espectacular, todo se soporta en su actuación. Más que una película sobre la religion, —que, recuerdo, no tiene el monopolio de la espiritualidad— es una película sobre el sistema de nuestras creencias —¿mentiras? ¿mentiras? ¿mentiras?— y cómo nos organizamos con ellas para sobrevivir. En fin estas son las primeras sensaciones, qué ganas de leer ideas por ahí, en esta —también cálida— comunidad.


Queda pendiente su primera película Green Fish, que sospecho que no tiene que ver con el LCD que conocemos. Y este año ha sacado un cortometraje, difícil de conseguir de momento.

Notas
Esta película la he visto en el clásico plan kebap para llevar en plato sin ensalada, con patatas fritas y Fanta de naranja. Sé que puede parecer poco acorde, pero en esta sala el maridaje ha sido perfecto. Esta película pertenece al ciclo de cine extremadamente urgente para 2023. El fotograma es una ampliación de una captura hecha con la cámara del teléfono.